Saturday, June 28, 2008

Yo disparé a Andy Warhol


Un impacto de agravio – dice en su prólogo Ana Becciu – es lo que quiere producir Valérie Solanas en su Manifiesto dolorido y asqueado para la Exterminación del Hombre. Agravio no sólo verbal sino que trasciende al impulso, deseado e incontrolado, de herir a muerte, físicamente, al Hombre, encarnado en el director de cine Andy Warhol.
Por agredir con el verbo y con la acción, al macho, la sociedad machista se venga, la excluye, la encarcela y la interna. Desarrollado en su más alto grado de la furia del animal herido, el macho revuelca a su agresora en un postrer estertor, la enfanga y la abisma en la profundidad de un vacío manicominial que no la deja emerger. Por agredir con dos disparos al macho que la ha estafado, el Macho grita que Valérie es altamente peligrosa para el Sistema y pretende eliminarla matándola de agonía lenta en un asilo de locos.
Algunos, tras el episodio de guerra contra el Hombre declarada por Valérie, la creen muerta; otros, desaparecida. Se la ha atado en camisa de fuerza y amordazado con el crespón de la venganza. Pero su SCUM, el primer poema maldito capaz de enervarla y enervanos a todas, hasta cometer agravio de muerte, crece y se reproduce sobre los restos disecados de todos los Hombres, como una ola gigante que arrastra fatalmente el océano de mujeres de ira.
El SCUM llega con retraso a nuestro océano. Su eco, sin embargo, nos tenía, a muchas, transidas. Ahora, ¿con regocijo? sentiremos, a través del cordón umbilical que nos une al grito de Valérie, el estertor y el asco de su revulsiva vomitada. Y nos poseerá su clamor poético que nos conducirá a la acción de su verbo encarnado en el furor.


Los movimientos feministas mas avanzados se estremecieron al grito de Valerie Solanas: a la liberación de la mujer por la exterminación del hombre.
Las organizaciones más reformistas lo rechazaron, aterrorizadas, demostrando, así, seguir manteniendo las ataduras que las inscribe en los esquemas machistas y burgueses de los que surgieron,


Y la sociedad, cuyo sistema – creado por y para el hombre, basado en el poder y sólo en el poder – Valerie Solanas propone arrasar, respondió con el único bálsamo que es capaz de ofrecer a los atacados por el mar de la rebelde lucidez: cárcel y manicomio. Y, después, silencio, Y soledad.
Pero SCUM es un grito desesperado, un canto profético. la cólera retenida desde siempre por media humanidad, la mujer. quemando la garganta de una sola que necesita escupirla, arrojarla fuera de sí, lanzarla al oscuro horizonte del futuro donde se alza. antorcha rutilante, en solitario, cegando a según qué ojos la contemplan, pero encendida por la ira de todas las mujeres del mundo que se atreven ya a identificarse con ella y le dan, así, calor.
SCUM es espeluznante. como el último grito de la razón mantenida ante el verdugo. Y es también bello, y hermoso, porque sólo la agónica lucidez de la razón desesperada puede autogenerarse en ecos capaces de vibrar y estallar bajo el putrefacto, desteñido, adrede asfixiante y azulado cielo pintado por una civilización, fabrica de estiércol, hecha por el hombre a base del poder. y sólo del poder.

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