Porque en octubre sí hay milagros y Lima es la ciudad gótica de los reyes -el país de las maravillas, donde todo puedo suceder – el domingo coqueteaba entre el calor y el frío pero era un día perfecto para verlo. Al imaginar a Calamaro en el escenario me acordé de los mitos y leyendas que se entretejen en el fabulario de las calles del centro de Lima, Calamaro andando por la Plaza Francia o el pasaje Quilca flaco, pelucón y stone como cuando ví a Mozart fumando en la esquina del Teatro Segura, o a Diógenes “Cínico” por los lares del vino y manoseo de San Marcos.
Al entrar Calamaro al escenario tenía un aire al viejo y mítico Bob Dylan estaba más viejo, sexy & barrigón; pero no por eso menos mítico y aún leyenda, leyenda que aún seguía vivito y coleando la Rumba del Perro o el Blues del Pez.
Gracias a “Chamo” me gusta la música de Calamaro (gracias Chamo donde sea que estés, gracias por las buenas y las malas intenciones, gracias por tu disco de Honestidad Brutal, también por los de Sabina y los del tío Dylan) Tenías razón hay un esbozo un halo dibujado parecido entre ellos dos, la nariz aguiñela y la genialidad de la música, la profundidad de las letras, verdaderos poemas de la vida, del cotidiano, del des-amor y el amor.
Fue arduo el sacrificio y dulce la condena más de cuatro horas parados en la cola de la zona VIP, junto a unos amigos de la universidad, dos de mis verdaderas amigas: Raquel y Lucía. Estábamos justo en segunda fila atrás de unos K-lamares supongo que más hinchas y mucho más fanáticos que nosotros, sé que recolectaron sus firmas para que venga e hicieron todo una campaña para seguir a Calamaro que me parece bacán y loable.
El concierto en sí ha sido uno de los mejores conciertos de este año por la convocatoria de gente más de 15 mil personas (en cantidad) y por la calidad del concierto buena música, buena banda, etc. Lástima que Calamaro nos describa como “esclavos técnicos” en su blog o en el mismo concierto cuando dijo que era “La Convención Anual de Cámaras digitales”, por eso no lleve cámara digital para eso estaba la otra Lucía. Lo que pasa es que como Calamaro mismo dijo hay que sentir la música que entre por los ojos por lo oídos pero sentir, la mayoría prefería retratar el momento, el instante que es fútil. Pero eso no importa porque todos estábamos felices, emocionados y ansiosos.
La inició con el Salmón “Quiero arreglar todo lo que hice mal / todo lo que escondí hasta de mí / debo contar lo que yo solo sé” la gente entro en éxtasis total. Lloré con el "Carnaval de Brasil", juraría que Calamaro me miró a los ojos y me lo decía personalmente, tiene razón habría que escribir sin para qué sin para quién: “Habrá que desenvainar las espadas del texto/ Y escribir una canción aunque no haya algún pretexto/ y dedicársela al primero que pase caminando / al que se quedó pensando, al que no quiere pensar / al olvido selectivo, a la memoria perdida / a los de los pedazos de vida que no vamos a perder, jamás” . Supongo que la mayoría esperaba que toque los temas más comerciales “Flaca”, “Mi Enfermedad”, “Alta Suciedad” que si tocó algunos pero intercaladamente con el disco último la “Lengua Popular”, algunos por ahí que recuerdo “Canal 69, “Elvis está vivó” mencionó que se encontró con Elvis y Hendrix, para dejarnos un mensaje, lástima que no toco “La Mitad del Amor” “Ok. Perdón” “Mi quebranto” “Socio de la Soledad”. En la mitad del concierto se lució con unos tangos melódicos y con el bolero “Copa Rota”. También tocó una parte de una canción de Sabina que dice “Y morirme contigo si te matas y matarme contigo si te mueres / porque el amor cuando no muere mata / porque amores que matan nunca mueren”. La terminó con Paloma, a los aires lanzan tu nombre: Andrelo Calamaro: Genio y Maestro. Gracias por tus palabras, porque en realidad todo es así de simple, sin gloria pero sin pena.
UN VIDEITO DE BONUS TRACK 
UN VIDEITO DE BONUS TRACK
